Europa y EE. UU. replantean sus políticas ESG y DEI. ¿Retroceso o evolución? Un análisis profundo desde la mirada del Chief Corporate Officer.

El mundo está de cabeza, y las bases estructurales que por décadas sustentaron a las empresas como entornos estables están siendo sacudidas. Las reglas del juego han cambiado, los tableros también, y los jugadores —CEOs, líderes corporativos, estrategas de sostenibilidad y comunicadores— deben moverse con agilidad para mantenerse en pie y salir fortalecidos de la tormenta.
El reto del Director Global de Comunicaciones (Chief Corporate Officer) en tiempos de disrupción
En este contexto global, convulso y volátil, uno de los desafíos más trascendentales para el Director de Comunicación Corporativo —hoy transformado en Chief Corporate Officer— es gestionar con visión el desfase entre la velocidad de los cambios tecnológicos, geopolíticos y regulatorios, y la capacidad de adaptación de las estructuras empresariales.
Dado que la sostenibilidad está intrínsecamente vinculada a la reputación corporativa, nuestra tarea es clara: apoyar al CEO a capear el temporal de incertidumbre con resiliencia, sin pérdidas reputacionales que lamentar y transformando cada riesgo en una oportunidad de evolución e innovación.
El verdadero reto: entre la ética, la ley y la legitimidad
Hoy el reto no es solo jurídico, sino ético y social: ¿cómo mantener el compromiso con la diversidad, equidad e inclusión (DEI), sin contravenir los nuevos marcos legales? ¿Cómo construir una sociedad más equitativa respetando, al mismo tiempo, los principios de igualdad ante la ley?
Jenga corporativo: una metáfora del entorno global
Propongo imaginar el entorno global como una gran torre de Jenga. Cada bloque representa un componente clave: tensiones geopolíticas, marcos regulatorios ambientales, activismo social, expectativas de los inversionistas, riesgos climáticos, presión reputacional ante el greenwashing y el purplewashing.
Y como en Jenga, los movimientos de un jugador impactan a todos. En el tablero global, las grandes corporaciones están profundamente interconectadas con gobiernos, comunidades, proveedores y reguladores. Ya no existen decisiones aisladas: cada jugada puede sostener —o derribar— la torre.
Estados Unidos: ¿sostenibilidad en retroceso?
Los cambios en la normativa ESG en Estados Unidos y Europa están provocando un reordenamiento en la torre de sostenibilidad. ¿Estamos ante una desconstrucción del sistema o ante un rediseño para hacerlo más funcional y competitivo?
El expresidente Donald Trump ha sido un jugador clave. El 27 de enero de 2026, apenas un día después de asumir su nuevo mandato, notificó el retiro de EE. UU. del Acuerdo de París. En su visión, dicho acuerdo perjudica la competitividad estadounidense al imponer restricciones que benefician a potencias como China e India. Su apuesta por los combustibles fósiles y el repliegue de políticas ambientales y de inclusión supone un viraje significativo respecto a la agenda 2030.
En enero de 2025, Trump firmó la Orden Ejecutiva 14151, eliminando programas de DEI en el gobierno federal. Argumenta que estas iniciativas son innecesarias y que las contrataciones deben basarse exclusivamente en el mérito. Ya dejó ver en su anterior mandato su desacuerdo con los principios que promueven los grupos de la llamada cultura “woke”.
Reuters reveló que esta orden se extendió a proveedores federales, obligándolos a certificar el cumplimiento de dicha política, lo que encendió las alarmas en múltiples empresas con prácticas DEI consolidadas.
Europa también ajusta el juego
En el otro lado del Atlántico, la Unión Europea también revisa su enfoque. La postergación de normativas clave en materia de sostenibilidad ha sido vista por algunos como un respiro operativo, pero por otros como un retroceso preocupante.
Un editorial del diario El País del 27 de febrero titulaba: “Una Europa menos verde”, advirtiendo que relajar las exigencias del Pacto Verde Europeo podría comprometer la credibilidad de los compromisos ambientales del continente. Las pymes quedan exentas del reporte obligatorio de impacto ambiental, y las grandes empresas reciben prórrogas, lo que suaviza la presión regulatoria pero también introduce dudas sobre la coherencia del bloque europeo.
Las empresas también reconfiguran su juego
Frente a este escenario, las empresas deben caminar en una línea delgada. Ignorar las nuevas reglas conlleva sanciones, pero retroceder abruptamente en sus compromisos sociales puede provocar daños reputacionales y una ruptura de confianza con sus grupos de interés (stakeholders)
Hoy mas que nunca, las empresas deben abrirse a la escucha atenta a todos sus stakeholders. Escuchar con los 5 sentidos y abrir el debate es la orden.
Multinacionales como Meta, Walmart y McDonald’s han modificado sus políticas de DEI, citando razones como la presión política, la necesidad de mejorar la competitividad o las nuevas exigencias de los inversores.
Un caso emblemático es el de McDonald’s. El 13 de enero de 2025, su CEO Chris Kempczinski anunció la eliminación de los objetivos de representación aspiracional y el fin del compromiso mutuo de DEI con proveedores. En su lugar, se implementa una visión centrada en la integración de la inclusión como parte del rendimiento empresarial. También se reconfiguró el equipo de diversidad, ahora renombrado como “Equipo Global de Inclusión”, reflejando una nueva narrativa más pragmática y menos ideológica.

¿Retroceso o maduración?
La sostenibilidad no es una moda ni una opción. Estamos ante un punto de inflexión y una revolución de la conciencia. Las empresas no pueden simplemente reaccionar: deben anticipar, entender el nuevo lenguaje del entorno y responder con inteligencia estratégica.
La inclusión es un proceso de transformación cultural profundo, y como tal, debe ser revisado, cuestionado y mejorado constantemente.
Hoy más que nunca, el Director Global de Comunicaciones o Chief Corporate Officer debe actuar como un líder conector: decodificando señales, leyendo el pulso social, anticipando impactos y construyendo legitimidad con base ética y estrategia.
Como en Jenga, los mejores jugadores no improvisan. Observan el sistema, piensan a largo plazo y actúan con visión. La clave está en no perder nunca de vista la brújula ética, porque mientras la sostenibilidad puede reajustarse, la reputación, una vez dañada, es difícil de reconstruir.
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@redcomunicorpo @corporateexcellence

Comunicador social egresada de la Universidad Católica Andrés Bello-Caracas-Venezuela (1990). Chief Corporate Officer en gestión de Marca, Reputación, Comunicación y ESG. certificada por Corporate Excellence- Center for Reputation Leadership y Esade Business School-Madrid. España. Coach de crecimiento del Instituto Lifeforming Leadership Coaching (USA) y Coach de Emprendimiento de Start CoachingLa.
Con una trayectoria de 30 años dedicada al mundo de la comunicación corporativa, ha sido Jefe de Prensa del extinto Congreso de la República de Venezuela (1994), Gerente de Planificación de la Agencia Pizzolante Comunicación Estratégica. Por más de 15 años lideró su propia Agencia, Sinergia Global Mr. CA manejando cuentas corporativas de empresas trasnacionales líderes en tecnología: Motorola, Intel, Panda Software y la multinacional de artículos de escritura Faber-Castell.
Desde 2016 lidera SINERGIAIBERO.NET, una agencia virtual basada en el concepto de networking que presta servicios en la región iberoamericana.
Carmen Yolanda se dedica a acompañar a otros profesionales a desarrollar su potencial de comunicación para construir relaciones de trabajo positivas y desarrollar una atmósfera de equipo de apoyo.
Está certificada por Knesix™ para desempeñarse como especialista en comunicación no verbal e impartir consultoría a nivel local e internacional como Embajador de la Universidad Corporativa de la Fundación Lenguaje Corporal – Knesix Institute.
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