Reconociendo «Los Mundos» Que Habitamos

SERIE: EL SENDERO EMPRENDEDOR

Los negocios y el emprendimiento son mundos inexplorados y desconocidos para quienes deciden emprender por primera vez, por lo que muchos nos intimidamos a la hora de aceptar el reto de descubrir nuevas opciones de vida, porque lo vemos como algo difícil de lograr o incluso imposible. Es normal que la primera etapa del proceso emprendedor esté llena de incertidumbre, dudas y preguntas. ¿Cómo aprendemos a movernos en estos nuevos mundos? ¿Será posible lograrlo?

He aquí la primera premisa importante: Es crucial para el emprendedor entender que habitamos espacios de ignorancia y que reconocerlos nos permitirá participar en ellos, aprendiendo nuevas destrezas y habilidades que hará posible remontar la cumbre.

Reconocer tus áreas de ignorancia es clave al momento de emprender.

Blansolimar Estrada, miembro de la Generación 7 de la Academia N, y líder de un proyecto de emprender en el área de los vinos, nos entregó la distinción de «Mundo» en su charla: «Los Mundos que Habitamos». 

Blansolimar Estrada
Blansolimar Estrada
Miembro de la Generación 7 del programa de Coaching para Negocios Innovadores, de Academia N. StartCoaching.

La distinción de «Mundo», explicó, se refiere a «un espacio coherente de intereses, distinciones (nuevos conceptos) y acciones específicas, donde los humanos configuramos nuestras maneras de ser y de actuar, y las dotamos de sentido y orientación». 

Quiere decir, que un «mundo» es aquella área en la que desarrollamos nuestra actividad diaria y en el que hemos aprendido a hacer «COSAS», entendiendo por «cosas», actos concretos que dotan de dinamismo el espacio. En el mundo de los negocios, por ejemplo, un empresario se entrena en gerencia, finanzas, administración de empresas, oratoria, clima organizacional, entre otras materias.

En estos espacios además interactuamos con «pares», personas que tienen intereses relacionados y con quienes trabajamos para avanzar en la vida. Tienen una manera de hablar que facilitan la interacción y permiten coordinar acciones, establecer acuerdos y compromisos. 

Así como la familia es un mundo, también lo son, el profesional, el de negocios, el de la religión, el yoga, la medicina, la ingeniería, la política, el marketing, las telecomunicaciones, el aeronáutico, entre tantos otros. En estos mundos somos considerados más o menos expertos en la medida en que dominamos las conversaciones y desarrollamos relaciones de calidad. En estos mundos además somos líderes o se nos considera una autoridad dependiendo del grado de impacto que generemos en él.

 «Declárate aprendiz»

La forma de incursionar en un nuevo mundo, por ejemplo, en el mundo de la innovación y el emprendimiento, o los vinos como en el caso de Blansolimar, plantea aceptar la condición de «aprendiz» postura desde la cual abrimos la puerta al aprendizaje, que nos permitirá movernos con eficiencia en esta nueva realidad.

«Como aprendices, —dijo— comenzamos a adoptar las distinciones y conceptos que se utilizan en ese espacio y con esos conceptos comenzamos a participar en las conversaciones que se dan en este mundo. Es justamente a partir de estas conversaciones, que podemos desarrollar las destrezas y habilidades que son valoradas en ese dominio por otros actores, como por ejemplo diseñar nuevos productos, vender, formar equipos de trabajo, liderar, gestionar una empresa». 

A medida que nos hacemos competentes en la práctica de estas destrezas aplicadas a proyectos de emprendimiento, comenzamos a generar cierta efectividad operacional en forma de resultados y reconocimientos que conforman una identidad y una reputación en las comunidades de emprendimiento a las que pertenecemos. 

Una identidad fuerte hará que comencemos a recibir peticiones para participar en conversaciones y espacios sociales valorados en ese mundo, por ejemplo: ser invitados a una conferencia, ponencias y presentaciones. La madurez de las habilidades, obtenida con muchas horas de práctica sistemática, permitirá convertirnos en alguien competente, valorado y reconocidos por los miembros de esa comunidad y reducir los espacios de ignorancia.

Como ven, este primer paso requiere centrarnos y evaluar en qué mundos habitamos, cómo están nuestras relaciones dentro de estos y que tipo de conversaciones estamos teniendo para incorporar nuevos aprendizajes y posicionarnos estratégicamente, ganando espacios dentro del mercado empresarial.

Hasta aquí, vale la pena preguntarte, y tú ¿en qué mundos habitas? ¿En cuáles te gustaría incursionar? ¿Qué sentido tiene para ti reconocer que quizás no dispones del conocimiento del nicho de negocios al que quieres dedicarte? ¿Te paraliza o te motiva a indagar?

En la próxima entrega hablaremos de cómo podemos incursionar en los nuevos mundos usando el poder generador del lenguaje y de por qué decimos que lo mundos son «dominios conversacionales».

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