Gobernar a una de las potencias mundiales es un reto importante que, ahora como nunca antes, requiere de las habilidades comunicacionales y de marketing, tomando en cuenta que estas herramientas son grandes influenciadores en la toma de decisiones de los ciudadanos. Con Barack Obama el posicionamiento de las estrategias de marketing y el uso de las redes sociales comenzó a sentirse con más fuerza desde la Casa Blanca.
En su administración el mundo percibió el poder de los canales digitales para alcanzar y sostener la popularidad desde un cargo electoral tan afamado, pues su cuenta en Twitter alcanzó la cifra de 103 millones de seguidores y fue referencia para la obtención de información de primera mano desde la presidencia. La estrategia empleada por Obama se basó en un plan equilibrado con el humor como ingrediente adicional, que sin duda transformó la forma de hacer política en el mundo al emplear nuevas formas de comunicación y acercamiento con la audiencia.
La apertura de una figura presidencial de tanta trascendencia como el primer mandatario del país norteamericano a una de las redes sociales con mayor popularidad, mostró la importancia de los canales digitales como instrumentos de comunicación, así como de construcción y asentamiento de imágenes políticas. También proporcionó nueva visibilidad a los ciudadanos, al ofrecerles una plataforma para informarse y tomar decisiones y de igual manera, transformó la visión de la política y el trabajo presidencial al humanizarlo y hacerlo asequible a las personas.
La estrategia de marketing de Trump
Su sucesor, Donald Trump, también ha establecido una fuerte presencia mediática en los canales tradicionales de comunicación y en los no convencionales. El actual presidente de los Estados Unidos ha sabido manejar de forma efectiva las herramientas comunicacionales y su imagen frente al electorado, a pesar de usar algunas técnicas consideradas riesgosas para algunos especialistas en el área. El manejo de las comunicaciones digitales de Trump ha demostrado que en este camino no hay fórmulas exactas y que no a todos les funciona la misma receta. Su estrategia de marketing se ha propuesto capturar el interés de las masas y ha sabido hacerlo a través de la polémica.
Antes de aspirar a la presidencia de los Estados Unidos, Trump se había hecho acreedor de una imagen de empresario sólido y con expectativas muy altas, casi imposibles de cumplir. Su ojo clínico para los negocios lo hizo famoso en el mundo empresarial y desde ese entonces usaba a los medios de comunicación para impulsar su imagen. Tal vez estas habilidades para el marketing lo convirtieron en presidente de una potencia mundial, sin tener ningún conocimiento previo sobre política. Desde el principio, empleó las redes sociales como canales de comunicación directa para impulsar su imagen de candidato. Según datos de la plataforma SocialFlow durante la primera quincena del mes de marzo de 2016 los usuarios de Twitter, Facebook y Linkedin emplearon alrededor de 1,94 millones de horas leyendo contenido sobre Donald Trump. Incluso las estadísticas registradas por las redes sociales mencionadas lo ubicaron desde entonces, como líder en la escena digital debido a las conversaciones, interacciones y el gran volumen de información relacionada con él en los canales digitales.
Su discurso se ha caracterizado por ser polémico, agresivo, directo y con pocos filtros. La estrategia usada apela obviamente a las emociones haciendo referencia a temas de interés para los estadounidenses y apunta específicamente a nichos de la población ignorados por la banca política contraria. Como parte de su enfoque, Trump no evade al rival y por el contrario lo menciona frecuentemente sin ningún tipo de limitación. Todo orquestado en una estrategia que permite mantener su nombre e imagen en el ojo del huracán.
Otra cualidad de su forma de comunicación a través de las plataformas digitales ha sido el culto a la personalidad. Trump no ha temido exponerse públicamente y mostrarse frente a la audiencia, siempre y cuando su nombre sea mencionado con solidez y su imagen genere algún tipo de confianza. Es evidente que en torno a él se ha creado una imagen que trasciende al hombre empresario y al presidente de los Estados Unidos.
Los mensajes, los escándalos y el tono de su comunicación forman parte de una estrategia planificada que lleva muchos años en crecimiento y ha generado el impacto deseado. El predominante uso de las redes sociales sobre los medios de comunicación tradicionales ha sido una constante en su aparición como figura política y lo más seguro de esta forma de acción también quedará un legado para quien lo releve en la Casa Blanca.
Fuentes consultadas
Comunicador social egresada de la Universidad Católica Andrés Bello-Caracas-Venezuela (1990). Especialista en entrenamiento de voceros, Comunicación No verbal y planificación de procesos de Comunicación Corporativa. Coach de crecimiento del Instituto Lifeforming Leadership Coaching (USA) y Coach de Emprendimiento de Start CoachingLa.
Con una trayectoria de 30 años dedicada al mundo de la comunicación corporativa, ha sido Jefe de Prensa del extinto Congreso de la República de Venezuela (1994), Gerente de Planificación de la Agencia Pizzolante Comunicación Estratégica. Por más de 15 años lideró su propia Agencia, Sinergia Global Mr. CA manejando cuentas corporativas de empresas trasnacionales líderes en tecnología: Motorola, Intel, Panda Software y la multinacional de artículos de escritura Faber-Castell.
Desde 2016 lidera SINERGIAIBERO.NET, una agencia virtual basada en el concepto de networking que presta servicios en la región iberoamericana.
Carmen Yolanda se dedica a acompañar a otros profesionales a desarrollar su potencial de comunicación para construir relaciones de trabajo positivas y desarrollar una atmósfera de equipo de apoyo.
Está certificada por Knesix™ para desempeñarse como especialista en comunicación no verbal e impartir consultoría a nivel local e internacional como Embajador de la Universidad Corporativa de la Fundación Lenguaje Corporal – Knesix Institute.
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