Arte, Comunicación y Lenguaje no verbal: Descifrando la gestualidad de El David

El arte es capaz de transmitir emociones, generar sentimientos intensos, nutrir nuestra curiosidad y dejarnos maravillosas enseñanzas. 

Hoy voy a hablarles de: El David, una de las esculturas más famosas y bellas de Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564), un artista renacentista a quien los historiadores atribuyen un carácter “terribile” y malgeniado. 

A Miguel Angel le gustaba trabajar solo. Era irreverente, apasionado y tremendamente sensible. Era de esos seres empecinados a quienes con frecuencia le ofrecían trabajos retadores que él aceptaba. Tal es el caso de otra de sus grandes obras: los frescos de la Capilla Sixtina, en Roma. El artista era de esos que se reflejan perfectamente en esta frase: “si alguien te dice que no puede, hazlo dos veces y tómale fotos”. 

Más allá de la visión artística de la cual me considero una total aprendiz, quiero compartirles mi observación a la luz de los temas que me han ocupado en los últimos días: el lenguaje gestual, el cuerpo como vehículo de expresión. 

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Foto: Camilla Pallini
Instagram: @camillapshots

La Obra…

La impresionante escultura de 4 metros se encuentra en la Galería de La Academia de Florencia, Italia. Muestra a un jóven de unos 25 años, de cabello rizado, de cuerpo viril, cuasi perfecto. David, a quien representa la escultura, era un importante rey de Israel, recordado especialmente por ser un gran guerrero y un hombre muy valiente.

Según la Biblia, cuando Israel estaba bajo el mando de Saúl, se mantuvo una dura guerra con los filisteos. Su líder era Goliat, un gigante de gran fuerza que se atrevió a desafiar a los israelíes. Al conocer el desafío, David se ofreció para enfrentarlo y rompiendo cualquier pronóstico, derriba a Goliat. 

 «Metiendo David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra, y la tiró con honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra. Así venció David al filisteo con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano». (Samuel 17, 49-50).

El David transmite no sólo el vigor físico y la emoción prevalente en un instante, sino una complejidad de ideas sobre el drama del ser humano. La obra posee una gran belleza artística, pero también gran valor espiritual, con un discurso reflexivo que aporta una mirada diferente a la existencia humana.

el david, gestos
Fotos: Camilla Pallini
Instagram: @camillapshots

Pero ¿qué nos quiso decir Miguel Ángel a través de El David? ¿Qué idea quiso inmortalizar? ¿A quién liberó de un pedazo de blanquísimo mármol de carrara?

¿Qué expresa el lenguaje gestual de El David?

Lo primero que es evidente en la figura es que hay atención plena e intención clara; el torso ligeramente ladeado, la cabeza y la visión enfocada en un objetivo. El cuerpo, lo que llamamos en un análisis kinésico, los órdenes (Cabeza, torso y extremidades) no están del todo alineadas. ¿Es probable que David sintiera miedo? ¿quiso Miguel Ángel dejar ver esa emoción? Si fue asi, era parte de su humanidad, más ese miedo nunca fue mayor que su arrojo.

el david, figura
Foto: Camilla Pallini
Instagram: @camillapshots

La tensión muscular del cuerpo del joven David muestra una actitud de alerta, una atención plena, como se mencionó con anterioridad. En el rostro, la mirada expresiva, aunada al ceño fruncido, manifiesta su disposición a la agresión, una gran concentración y una actitud de arrojo. Las manos con puños cerrados también reflejan la misma tensión. (claro está que desde abajo no puede observarse el detalle del rostro, pero el lugar ofrece libros, souvenirs, fotografías que dan cuenta de cada gesto en la cara de David que aquí les relato. Además tomé un video en el que alcanzó a detallar someramente la expresión del joven de la escultura.

David esconde algo que no es observable frontalmente, pero luego al girar, descubrimos la piedra que guarda en su mano, destinada a ser usada contra Goliat. Sin embargo, más allá de lo ya mencionado, los pies merecen especial atención. El joven David, mantiene sus piernas separadas. El peso de su cuerpo reposa sobre la pierna derecha develando su intención de atacar y mostrando aplomo y seguridad.

El David de Miguel Ángel retrata el instante justo en que el chico, se enfrenta a la grandeza del gigante. Es como si el tiempo se detuviese en esos segundos que preceden a la heroica acción cuyo desenlace nos revela el pasaje bíblico: la inteligencia vence a la fuerza bruta.

Sorprende el detalle, la perfección de la talla para congelar un grupo de gestos que le permitieron al artista comunicar, sin que mediara ninguna palabra de por medio, la belleza del alma de la que el cuerpo viril es tan solo un reflejo… la valentía al servicio de una causa noble, al arrojo juvenil, la inteligencia que es capaz de vencer a la fuerza bruta, el arrojo, el vigor de la juventud, la acción medida y controlada.

El legado de Miguel Ángel

Miguel Ángel fue un extraordinario precursor de los estudios sobre gestualidad, emoción, llevada al arte en su expresión más genuina.

En El David, Miguel Angel develó su personalidad, su ser más íntimo, su profunda perspectiva del mundo y su forma particular de observar la dimensión humana. La obra que inmortalizó a Miguel Ángel es referencia obligada de quienes tiene en el arte, una manera auténtica de transmitir su interioridad, de plantar posición sobre lo que el artista piensa y cree, allí radica la grandeza de toda su obra que se vuelve patrimonio universal y propiedad de todos.

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