Lo que no se comunica no existe: la importancia de comunicar con estrategia

Recién me reunía con un buen amigo, facilitador de alto impacto y coach con un proyecto grandioso entre manos: Un emprendimiento que usa la metáfora de «hacer cumbre» en la montaña, una experiencia vivencial propia, con un método para alcanzar y potenciar metas personales. Me contó que había editado un libro, que tenía un blog y una serie de hitos en su trayectoria como emprendedor, de verdad me quedé enamorada de su proyecto e imaginaba mientras conversaba todo lo que podíamos montar para posicionar su empresa y llevarla al éxito. Al preguntarle por qué algo tan maravilloso no era conocido, siendo tan innovador y potente, la respuesta mágica fue «porque no ha sido comunicado».

Es muy común entre los emprendedores que nos olvidemos o subestimemos el factor «comunicación» como parte fundamental y crítica de la estrategia de negocios. Frecuentemente muchos proyectos fracasan por la ausencia de una buena campaña de comunicación, relaciones públicas, publicidad y/o marketing, lo cual garantizará que aquello que creamos, los productos que fabricamos o los servicios que ofrecemos lleguen a las audiencias o clientes que ser servirán de estos como parte de la satisfacción de sus necesidades.

Una campaña de comunicación estratégica, llámese esta relaciones públicas, campaña de publicidad, marketing o imagen de marca, está enfocada en resaltar la imagen de un producto, servicio, idea, personalidad o institución con la intención de mostrarla y generar impacto en quienes la reciban. En ese sentido, debe tratarse de acciones estratégicas con objetivos claros, sostenidos en el tiempo y susceptibles a ser evaluados una vez que produzcan los resultados.

Partiendo de la premisa de que todo comunica, estas campañas deben atender a un buen plan con objetivos definidos y acciones posibles. Penetrar el imaginario colectivo y las comunicaciones a través del trato personal con clientes, medios de comunicación u otras instituciones aliadas requiere de herramientas y estrategias aplicables.

Factores claves que identifican a una campaña de Comunicación Estratégica:

  1. Objetivo: Es el génesis de esta creación. Sin definir objetivos claros y reales es imposible diseñar una estrategia capaz de crear lazos y relaciones con el público. A través del cumplimiento o no de los objetivos se puede cuantificar el éxito de la campaña posterior a su ejecución.
  2. Audiencia: Estar muy claros de a quién nos dirigimos, a quiénes le hablamos a través de nuestra comunicación es fundamental. Caracterizar a nuestra audiencia y segmentarla, saber donde están, que les gusta, cómo consumen los mensajes, que edad tienen y hasta qué hábitos de consumo poseen son las variables que no podemos dejar de lado a la hora de hacer nuestro plan de negocios. ¿cómo podremos ser exitosos a la hora de vender si no sabemos quienes son nuestros potenciales clientes?.
  3. Mensaje: Para tener éxito en los objetivos propuestos es necesario construir un mensaje conciso y coherente con las metas planteadas al principio. Todas las comunicaciones surgidas en la campaña deben ser tan precisos que no exista la posibilidad de la ambigüedad al ser transmitido y que desde su espacio sea capaz de ofrecer valor en la toma de decisiones. El uso de cuestionarios de preguntas y respuestas denominados Q&A (question and answer) sirven como herramientas para diseñar mensajes, los cuales a su vez se convierten en la base de excelentes notas de prensa (press release), guiones de entrevistas, discursos, etc.
  4. Enfoque:Para lograr buenos resultados es necesario identificar, dimensionar y enfocar la campaña a un grupo específico de interés para la marca o institución, que por lo general suele ser aquel conjunto de clientes o con mayores posibilidades de serlo.
  5. Diseño de Canales: se trata de establecer por cuáles vías haremos llegar nuestros mensajes para garantizar que sean vistos, escuchados y sentidos. Los canales son tan diversos como la audiencia a la que quieran impactar y serán estratégicos para lograr el impacto de la comunicación que deseamos.
A pesar de que no existen fórmulas específicas y que en gran medida el alcance de las campañas también dependen de la naturaleza del producto, servicio u organización con que se trabaje, estos son algunos de los pasos a seguir en la metodología básica para crearlas y aplicarlas:
  • Situación: Identificar factores internos y externos que interfieren en la imagen del producto o empresa y cuáles de estos aspectos se quieren mejorar.
  • Estrategia: Se trata de diseñar e instaurar una serie de acciones concretas que sustentarán a los objetivos definidos en la campaña y contribuirán a la creación de su concepto.
  • Tácticas: Se definen como tareas más específicas y sistemáticas para llevar a cabo la metodología seleccionada.
  • Calendario: Llevar registro de las fechas para la acción y la espera de resultados es una forma de garantizar mejores resultados y en todo caso, programar nuevas actividades. Es importante definir la temporalidad de la campaña.
  • Presupuesto: Para definir las acciones a llevar a cabo también es fundamental identificar la cantidad de recursos con los que se cuenta para la campaña. De esta evaluación dependerá la estrategia y los pasos dados.
  • Evaluación: Una vez definida la temporalidad de la campaña y de su inicio es vital ir evaluando los resultados de cada una de las acciones ejecutadas, a fin de identificar con rapidez y claridad la modificación de alguna de las acciones si fuese necesario.

Una cuestión profesional

Las campañas de Comunicación estratégica y/o relaciones públicas son herramientas potentes a la hora de dar visibilidad y valor a una marca u organización. Sólo profesionales entrenados en el área tienen las habilidades para diseñarlas y ejecutarlas con éxito. A pesar de los cambios impuestos por el avance de la tecnología en el campo comunicacional, muchos de los principios básicos siguen siendo oro en relaciones públicas. Durante el desarrollo de esta disciplina, algunas marcas han dejado huellas imborrables en la historia.

Tal es el caso del empresario estadounidense Phineas Barnum, quien a principios del siglo XIX promocionó su circo ambulante a través del envío de agentes en relaciones públicas para contactar por adelantado a periodistas en los grandes medios de comunicación, cuando esta práctica aún no era realizada en la época. Ivy Lee también es otro de los personajes claves en el desarrollo de las campañas de relaciones públicas, pues fue la primera persona en redactar un comunicado de prensa oficial con la intención de salvaguardar la imagen de una empresa ferroviaria tras la ocurrencia de un accidente. Otra buena estrategia fue planteada por Edward Bernays a principio de la década de los años 20 al plantear un estudio médico para convencer al público estadounidense de las bondades de desayunar huevo y tocineta.

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